Seguramente te suenan estas palabras, son de San Francisco de Asís, que pedía: «Serenidad para aceptar la realidad de las cosas que no puedo cambiar, coraje para cambiar las cosas que puedo cambiar y sabiduría para reconocer la diferencia». ¿Quién no querría estas cualidades, aunque hayan pasado 800 años? Cuando descubrí el coaching, me gustó su componente práctico: ofrecía una manera de conversar que producía cambios visibles, precisamente aquello que buscaba en el Análisis de la Conversación y que me había llevado a formarme en Análisis Transaccional .
Hace 22 años que aplico el coaching con las personas que me vienen a ver y quieren cambios claros y concretos. Y he visto muchos casos: personas que han encontrado trabajo cuando parecía imposible, que han dejado atrás relaciones de pareja tóxicas y han encontrado una pareja sana, que han realizado los estudios que querían, que han aprendido a gestionar el estrés y han dejado de sufrir ansiedad, que han ganado oposiciones, que se han quedado embarazadas, que han escrito libros, que han reconstruido relaciones deterioradas de hacía años y otros muchos cambios externos. Me maravilla constatar que estas transformaciones visibles suceden cuando por dentro, a nivel profundo, las personas aprenden a relacionarse con más amabilidad y respeto hacia su esencia.
Pero es cierto que hay cosas que no podemos cambiar. Estamos asistiendo a la multiplicación de mensajes simplificados, algunos que hablan de coaching, que esparcen la idea de que somos superhéroes y superheroínas que podemos conseguir todo lo que queramos. Es una idea bonita e infantil; me sabe mal romper el encanto de esta fantasía y recordar que hay cosas que no podemos cambiar: el paso del tiempo, la enfermedad, la existencia del mal, la avaricia humana, la inexorabilidad de la muerte. Por eso, cuando conocí la sistémica investigué la manera de incorporar al coaching este enfoque tan realista. El coaching sistémico nos aporta serenidad para aceptar lo que fue, cómo fue, y reconocer qué parte podemos cambiar.
Con la formación de Coaching Sistémico Transaccional, conseguirás la claridad del coaching, la precisión del análisis transaccional y la visión de conjunto de las constelaciones familiares. Con el primer nivel, sabrás qué puedes cambiar, y que no, para vivir más a gusto dentro de tu piel. Y con los dos niveles, podrás aplicar el Coaching Sistémico a otras personas. La formación completa de coaching sistémico incluye 13 videoconferencias individuales en directo, como una mentoría.
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