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La pareja y la no pareja

Trabajo con el sufrimiento. Y de todo lo que veo en la consulta, lo que provoca mas dolor, es la infelicidad en la pareja (exceptuando los casos de suicidio). Veo diariamente personas que están sufriendo. Es una lástima, pero la realidad es que buscamos ayuda cuando el sufrimiento es muy grande. Cuando vamos tirando, no damos importancia a las cosas que acaban siendo las importantes; sabemos que algo no va bien, pero vamos pasando, quien día pasa, empuja el año empuja, como dice el refrán. Hasta que hay una crisis y todo explota: aparece la ansiedad, o la depresión, o la crisis de la media edad, o la crisis de pareja, o una enfermedad grave; y la crisis nos obliga a buscar recursos nuevos. Hace 22 años que acompaño a personas, parejas y familias en estos momentos difíciles.

He podido comprobar que, cuando la pareja no va bien, hay mucho de dolor y la autoestima de una, o de las dos personas, está en grave peligro. Incluso las personas que no tienen pareja y se sienten solas, lo que más echan de menos es una pareja. El anhelo de tener pareja está ligado al deseo de la persona de sentirse valiosa y reconocida en la intimidad física. 

Cada pareja es un mundo único. Y las dinámicas que se han establecido allí, solo las sabe quién las vive; desde fuera, parece incomprensible que dos personas que se aman y quieren estar juntas, no puedan entenderse. O parece increíble que dos personas que no paran de gritarse y hacerse daño no se separen. Cuando un problema de pareja explota, acostumbra a llevar mucho de tiempo de incubación, las cosas que al comienzo no eran importantes, al final acaban siendo insoportables.

¿Qué hace falta para que una pareja pueda salir adelante? Es imprescindible la atracción mutua, la amistad y el compromiso. Cuando falla cualquiera de las tres patas, la pareja no se sostiene. Y si miramos los dos sistemas familiares que se han unido, hay que respetar a la familia del otro, aceptar a la pareja tal como es, y no someterse a las normas que funcionaban en su familia de origen; cada nueva familia necesita establecer sus propias normas.

Me preguntan si hago «terapia de pareja«. Pues no. Mi manera de tratar los problemas de comunicación en la pareja es individualmente, con cada uno de los dos. Si una pareja quiere ayuda, les propongo una serie de sesiones con cada uno de ellos, para que adquieran herramientas de comunicación comunes y una nueva manera de mirar el conflicto que viven. Y confío que sabrán resolver lo que les pasa, sin que me tengan que explicar sus intimidades, si realmente quieren continuar juntos. A veces hacer una constelación familiar ayuda, a veces no hace falta.

Con mi método, el Coaching Sistémico Transaccional, he visto muchas parejas que han conseguido una relación de calidad. También he visto personas que han dejado una relación que las estaba destruyendo y con el tiempo han iniciado una relación sana. Merece la pena resolver los problemas cuando todavía no han explotado. Trabajo con el sufrimiento, pero veo mucha felicidad.